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kino en SWAB 2021

7 - 10 octubre

Booth MYF4

Anne Beentjes, Mariana Gómez-Maqueo, Gisela Guzmán, Raúl Medina, Maureen Muse, Jorge Rosano Gamboa

A través de los últimos años, el concepto de contaminación ha tenido una acepción negativa, referida a la introducción de sustancias ajenas en un elemento, provocando que éste se vuelva inseguro. Pensar en algo puro y ordenado, sin embargo, resulta problemático en una actualidad de mentalidad individualista, de competencia y que se entiende solamente dentro de sus propios límites, invisibilizando o negando la existencia de un otro que pueda ser influyente en su propia experiencia. 
 

La contaminación es un síntoma de procesos de dominación más profundos. A través de la exploración entre dos o más modos de ser-estar en el mundo, genera relaciones y estrategias para la supervivencia, y puede ser una extraña invasión que sirva para denunciar las disparidades de un sistema que solamente beneficia a unos cuantos. Los químicos recolectados en el vertedero tóxico por Anne Beentjes (Amsterdam, 1985) y utilizados sobre las imágenes de El Huizache muestran la intervención contaminante de las decisiones necropolíticas del capitalismo sobre la vida de las personas. También, la contaminación frente a lo “puro” tiene una potencia de acto comunicativo: nos saca de la centralidad de lo humano y revela los cuentos que nos contaron en relación con la naturaleza y sus oposiciones con la cultura. A partir del proceso de cianotipia al que Jorge Rosano Gamboa (Ciudad de México, 1984) sometió a una serie de rosas, creando una especie trans entre la naturaleza y lo humano, la contaminación abre la posibilidad de liminalidad que se opone a las grandes dicotomías. La contaminación es un proceso de eliminación; Gisela Guzman (Ciudad de México) nos muestra cómo los químicos borran rostros, como sucede con todas las mujeres, tantas veces sometidas a los procesos violentos de un sistema opresor. Las fotografías de Mariana Gómez-Maqueo (Ciudad de México, 1993) muestran micro-invasiones urbanas que pasan a veces desapercibidas por el ojo del urbanita, instantáneas en las que se mezcla naturaleza y calle. Maureen Muse (Boston, 1993) crea la narrativa de sus imágenes en el cuarto oscuro, donde cambia la temperatura de algunos químicos, para crear diferentes texturas y contextos. Y en los vídeos aéreos de Raúl Medina (Ciudad de México, 1988), el flujo de los elementos urbanos con movimiento -coches, personas- dinamiza y entreteje la trama arquitectónica creando un perfecto y maravilloso caos, como una coreografía espontánea.
 

La contaminación es una herramienta de la que nos podemos apropiar: como método de denuncia, elemento para la nueva creación o técnica de reconfiguración del pasado. La contaminación puede ser bella también, porque tiene que ver con la colaboración, hibridación y el devenir-con. La reconfiguración de estas prácticas nos enseña cómo podemos relacionarnos a partir de la otredad y crear nuevos mundos posibles: impolutos, políticos y contaminados.

Carolina Estrada

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